Cheesecake



¡Me encantan los quesos! Sí, me encantan. Los de cabra, los de oveja, los de vaca, los suaves, los cremosos, los curados, los tiernos, los que huelen que alimentan, los que huelen a cadáver...Y podría seguir así hasta mañana! El único que se me resistía era el azul y ya me estoy enganchando...así que puedo decir que me gustan absolutamente TODOS!


Había hecho pasteles de queso sin horno y digamos que quedaron bien pero la primera vez que hice un cheesecake horneado fue un desastre, más que un cheesecake eran unas natillas de queso con galleta jajaja. No cuajó para nada, pero tampoco quedó nada porque estaba taaaaaaaan bueno que nos lo comímos absolutamente todo. A partir de ahí me dije que cuando hiciera otro empezaría a experimentar con los tiempos y bueno aquí os traigo el segundo! Tampoco quedó tan mal ¿no?




Depende mucho del tipo de molde que utilices y del horno. Así que no queda más remedio que ir controlando...

La receta de este cheesecake es de La magdalena rosa. Me encantó porque lleva más mascarpone que philadelphia y yo soy fan total del mascarpone. ¡Gracias Irene! 


Ingredientes para la base:

180 gr. de galletas tipo maría
50 gr. de mantequilla fundida

Ingredientes para el relleno:

500 gr. de queso Mascarpone
300 gr. de queso Philadelphia
150 gr. de azúcar
2 cucharadas de harina 
4 huevos M

70 ml. de nata líquida para montar

1 cucharadita de extracto de vainilla (yo he usado vainilla en pasta)


Preparación:

Precalentamos el horno a 180º.

Engrasamos el molde con mantequilla o spray especial. Yo utilicé un molde desmontable de 20 cm.

Trituramos las galletas y mezclamos con la mantequilla fundida. Ponemos la mezcla en el fondo del molde y por los lados y mientras preparamos el relleno lo dejamos enfriar en la nevera.

A velocidad baja batimos el queso mascarpone y el queso philadelphia con el azúcar. A continuación le añadimos la harina y mezclamos hasta que esté todo bien integrado. 

Añadimos los huevos uno a uno, la nata y extracto de vainilla y mezclamos bien.

Sacamos el molde de la nevera y echamos la mezcla con cuidado. 

**Horneamos a 180° durante 15 minutos. Después bajamos la temperatura a 120º y dejamos mínimo una hora o hasta que veamos que ha cuajado. 

Lo sacamos del horno y con la ayuda de un cuchillo separamos un poco los bordes para que no se agriete. Dejamos enfriar totalmente sobre una rejilla y luego la metemos en la nevera para que termine de cuajar un mínimo de seis horas, aunque os recomiendo que la dejéis toda la noche.

Desmoldamos con cuidado y decoramos con mermelada de fresas, de moras, de frambuesas... Lo que más os guste. 

A mi me encanta la combinación de fresas y queso, así que igual que Irene me decanté por la mermelada de fresas y fresas naturales.




** En cuanto al tiempo de horneado, lo dejé 90 minutos aunque tendría que haberlo dejado un poco más ya que por el centro quedó un poco cremoso. Aún así está... ¡espectacular! 




¡Buenísimo!

¡El próximo cheesecake ya será casi perfecto!

Besos

Moon

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